otra "B"ez lo mismo.....

El sol brilla, radiante él, sobre La Boca. “Si River gana el superclásico, a los de enfrente se les viene la noche” había dicho Alejandro Domínguez en su encono por calentar la previa del superclásico. Boca venció a River por 2-0 en un partido histórico y profundizó la noche que posa sobre Núñez desde aquel fatídico descenso frente a Belgrano de Córdoba. Nicolás Blandi fue el héroe de la noche con su dopieta, determinante para consumar un triunfo fundamental para demostrar sus credenciales, su chapa de campeón y para comenzar un exigente 2012 con un importante envión anímico.

Sin dudas era un clásico especial, el primero con ambos equipos en diferentes categorías. Con River en la B Nacional, la victoria era una pequeña reivindicación para su historia. Para Boca, la obligación consuetudinaria de vencer al acérrimo rival y una oportunidad de oro para disipar algunas críticas exageradas por la producción en los dos primeros partidos de verano.

El conjunto de Matías Almeyda fue un vendaval futbolístico durante los primeros cinco minutos. Boca todavía no se había acomodado en el Estadio Sarmiento de Resistencia cuando River lo encerró contra su propio arco y le generó tres situaciones de peligro, todas con un denominador común: el talento innagotable del Chori Domínguez. El Diez lideró a su equipo y comandó esas primeras acciones de riesgo contra el arco de Agustín Orion.

El frenético y asfixiante ritmo del Millonario sufrió un golpe de nocaut cuando a los siete minutos una jugada a dos toques del Xeneize finalizó en un preciso centro de Pablo Mouche y un letal cabezazo de Nicolás Blandi, quien extendió la sana costumbre de marcarle a River de los arietes nacidos en las entrañas del club. En segundos el vértigo azul y oro destruyó el circuito futbolístico rival. El gol sacó de las casillas al Millonario. Nerviosos, sus jugadores perdieron la iniciativa y sucumbieron frente a la jerarquía de un mix de suplentes y titulares.

A los 25 minutos una jugada modificó sustancialmente el futuro del partido. Pablo Ledesma, de estupenda actuación en su regreso al club, inquietó a Alejandro Domínguez con su constante y pegajosa marca. El Chori, furioso por encontrarse con un jugador que personificó la histórica estirpe boquense de la lucha, entrega, sacrificio y buen pie, le lanzó un puntapié desde atrás. Abal lo vio y lo amonestó. El Diez rojiblanco aumentó su frustración y arrmetió contra el árbitro, quien decidió mostrarle la segunda amarilla y lo expulsó. River no solo se quedó con diez: perdió a su conductor, a su líder futbolístico, al único distinto en su formación.

Con superioridad numérica, la diferencia fue abismal. Boca borró a River de la cancha y, sin desplegar un fútbol maravilloso ni lujoso, superó ampliamente a su rival. Blandi, quien demostró que va a dar pelea en la lucha por la nueve auzl y oro y evidenció una aparente mejoría conceptual con respecto al Blandi del Apertura, estiró la ventaja a dos tantos para definir un partido que estaba cocinado pese a la breve diferencia en el marcador. River, sin su diez, fue una sombra del equipo que preocupó a Falcioni durante los primeros cinco minutos. El Superclásico fue Xeneize, una victoria clave en lo anímico.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

boquitaaaaa te amoooooo lo primero q me acuerdo de chiquita es el partido de boca

Anónimo dijo...

boca es lo mejor del mundo no me canbio por nada

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