LA HISTORIA CONTINUA...


Boca Juniors derrotó a Olimpo de Bahía Blanca por 2 a 0 en La Bombonera, en un encuentro que comenzó complicado para el último campeón pero que, gracias a los tantos de Darío Cvitanich y Pablo Mouche, pudo sacar adelante.

Con todas las de ganar, por ser el último campeón y ante una Bombonera repleta, el Xeneize llegaba a este encuentro con la confianza de tener un equipo armado y con la temible cifra de 29 partidos invicto. Sin embargo, los bahienses no se amedrentaron y plantearon un partido de igual a igual desde el principio.

Tanto es asi que, antes de cumplido el minuto de juego, Martín Rolle avisó entrando por el área tras un centro con un rasante remate que obligó a una buena intervención de Agustín Orion para mandar la pelota al tiro de esquina.

Pero eso no quedó ahí, porque los dirigidos de Héctor Rivoira siguieron intentando hacerse protagonistas del encuentro, ante un conjunto local que entró dormido y se vio sorprendido por el atrevimiento del conjunto bahiense.

Sin embargo, todo ese atrevimiento de Olimpo no lograba inquietar a Boca por el solo hecho de que al visitante le faltaba profundidad, a punto tal de que tanto Andrés Franzoia como Néstor Bareiro, atacantes del aurinegro, casi no tuvieron ninguna chance clara en todo el primer tiempo.

Y, como era de esperarse, Boca fue reaccionando, poco a poco y lentamente, aunque ese funcionamiento aceitado del equipo campeón del año pasado no logró aparecer en esa primera mitad. Apagado Juan Román Riquelme y desconectados los dos delanteros, Walter Erviti se mostraba como el más activo del local, aunque sin demasiada influencia en los último metros.

Pero claro, Boca es Boca y, cuando se moría el primer tiempo, iba a encontrar la ventaja casi sin merecerlo. Tras un centro de Riquelme, Pablo Mouche apareció (en clara posición adelantada) para bajarle de cabeza la pelota al goleador Cvitanich, que no perdonó al arquero Ibáñez y decretó el 1 a 0 con el que se irían al descanso.

Ya en el segundo tiempo, el esfuerzo realizado por el equipo bahiense pareció pasar factura en los jugadores, que dejaron esa presión constante y ese protagonismo y comenzaron a sufrir los embates de un Boca que buscaba liquidar la historia.

Poco a poco, Riquelme comenzó a aparecer y se terminó de vestir definitivamente de conductor cuando, a los 21 minutos del segundo tiempo, habilitó maravillosamente a Mouche, para que el delantero defina sobre la salida de Ibáñez y sentencie el resultado en favor del último campeón.

A partir de ese momento, claro está, el partido se murió. Olimpo dejó definitivamente de atacar, resignado e impotente al ver que todo lo bueno que había hecho se veía desmoronado y Boca se dedicó a hacer lo que mejor sabe hacer: cuidar el resultado y manejar el partido a su antojo.

Así, con algunos sobresaltos pero con la solvencia de siempre, el equipo de Julio César Falcioni arrancó con el pie derecho la defensa del título. Pese a no haber jugado bien y a pasar momentos de zozobra en más de una ocasión, el Xeneize logró sacar adelante el encuentro y dejó bien en claro que aquel que quiera sacarle el cetro de campeón tendrá que trabajar y mucho.

No hay comentarios:

Google
Search:

powered by JargonFish